En el Pavimento
Testamento dosmildiez
TOPOS ECUATORIANOS BUSCAN LA BETA DE SU FUTURO
Los topos excavadores han desarrollado una serie de especializaciones evolutivas para su vida subterránea. Su cuerpo es fusiforme, más típico de animales acuáticos. Sus ojos son diminutos y en ocasiones están cubiertos de piel, hecho del que se sirvió Darwin en su teoría de la selección natural alegando que los topos no necesitan el sentido de la vista en los ambientes subterráneos y que mantenerla suponía un exceso de energía inútil.
En la mina no existe el miedo. La muerte no preocupa. El peligro es parte del trabajo. La Virgen del Consuelo, patrona de los mineros los protege.
Sus ojos, aunque tristes, siempre esperan la tarde de paga; 12 a 16 dólares diarios es el sueldo de uno de estos topos, de los cuales, un porcentaje se invierte en el harem del minero, lugar donde la mina se torna de colores. Amables, generosos y burlones, se preocupan de la seguridad del visitante. Disfrutan de la tecnocumbia, la música nacional, la cerveza y la cesina de carne.
Las minas son oscuras, calientes, el oxígeno es limitado, la roca se desprende, el lodo atrapa las botas, trabajar ahí es retar a la vida; a la mina se puede ingresar de pie pero en cualquier momento le tocara gatear pues así es la lotería del oro. No comprenden si la Ley Minera los beneficiará o perjudicará, ellos solo quieren trabajar.
Portovelo se asemeja a un queso, tiene perforaciones por toda la montaña, algún día todos estos se unirán, como ahora unida se mantiene la economía de esta provincia gracias al oro; "El Oro" vive de sus betas, Ecuador le apuesta a sus topos.
Esta es la realidad minera de un país de la que tradicionalmente, el Estado se hizo de la vista gorda.
ASFIXIA. Pedro, el desbarrenador, cuelga sin seguridad de uno de los túneles verticales que necesitan ser disparados con dinamita. El sonido es agudo y la cantidad de gases inmensa.
CARBURO. La lámpara, a más de servir par iluminar, es el instrumento que indica si el túnel aun cuenta con oxígeno.